Fuente: FACE

Varios estudios realizados han analizado la relación entre infertilidad y Enfermedad Celiaca. El resultado de estos estudios fue que 3 de cada 51 mujeres con problemas de fertilidad, cuyas causas eran desconocidas, era celíaca sin diagnosticar. La dieta sin gluten puede ayudar a estas mujeres a quedarse embarazadas.

La enfermedad celiaca no diagnosticada puede afectar a la fertilidad tanto de la mujer como del hombre y, por tanto, a su capacidad reproductiva.

La celiaquía no diagnosticada puede dificultar el embarazo y complicar la gestación. Por este motivo, los expertos aconsejan que a todas las mujeres infértiles sin causa conocida se les realicen las pruebas serológicas (detección de anticuerpos en sangre) y genéticas para determinar si poseen esta enfermedad autoinmune.

Las mujeres celiacas no diagnosticadas o que no realizan una correcta dieta sin gluten suelen presentar una menarquia tardía (aparición de la primera regla) después de los 16 años, menopausia precoz y amenorrea (ausencia de regla), lo que reduce el periodo fértil en que pueden ser madres. Por otro lado, cuando la enfermedad celiaca no se trata hay mayor incidencia de abortos espontáneos y de repetición, de crecimiento intrauterino retardado (CIR) y de bebés que nacen con bajo peso.

Además, la celiaquía no tratada puede ocasionar en la mujer dolor pélvico crónico de origen desconocido y dismenorrea (menstruación dolorosa). Igualmente, por el proceso de malabsorción de los nutrientes y fármacos que se produce cuando una mujer celiaca toma gluten, puede verse en peligro la eficacia de los anticonceptivos orales.

Gran parte de las personas celiacas presentan pocos o ningún síntoma, sin embargo, el carecer de estos no implica que el gluten no esté dañando las vellosidades intestinales.

Los mecanismos por los cuales la celiaquía no diagnosticada influye en la fertilidad son los siguientes:

Para el hombre: en varones celiacos no tratados, hay una inmadurez de órganos sexuales internos provocada por un problema hormonal. Además, la calidad del semen está disminuida. También hay más riesgo de impotencia y de disminución de la libido, a consecuencia de una hiperprolactinemia (exceso de la hormona prolactina).
Para la mujer: la mala absorción intestinal de nutrientes, propia de la celiaquía sin diagnosticar, puede dañar el tejido trofoblástico (que luego se convertirá en la placenta). Esto hace que tanto la implantación del embrión como su desarrollo se vean en peligro. Por este motivo, en las mujeres celiacas sin diagnosticar hay un mayor riesgo de abortos de repetición. Igualmente, hay más probabilidades de complicaciones como el crecimiento intrauterino retardado (CIR).

Muchas mujeres descubren que son celiacas durante el embarazo, ya que la enfermedad, que hasta entonces había permanecido asintomática o dormida, se despierta y comienza a manifestarse en la gestación en forma de diarrea, vómitos o de pérdida de peso en estos nueve meses, síntomas que a veces pueden confundirse con los de una embarazada corriente.

No obstante, una mujer celiaca diagnosticada y que lleva correctamente una dieta sin gluten apta para celiacos, tiene los mismos los riesgos del embarazo que los del resto de población general.