Fuente: Celicidad.net

La biopsia intestinal es una de las pruebas más relevantes para diagnosticar celiaquía. De hecho cuando existen dudas diagnósticas, la biopsia intestinal suele tener la última palabra. Los expertos recomiendan someterse a la biopsia intestinal para comprobar el grado de lesión de intestino independientemente de que la celiaquía ya esté confirmada.

La biopsia intestinal es una prueba consistente en la extracción de un pequeño trocito de la zona más superficial del intestino para detectar y analizar posibles alteraciones en la forma del mismo y en sus células. A día de hoy es la prueba definitiva para diagnosticar celiaquía, aunque en ocasiones otras pruebas la pueden confirmar (especialmente en niños). Así y todo los expertos recomiendan realizarla aunque la celiaquía esté confirmada para identificar el grado de lesión del intestino propio de los celiacos.

A pesar de que la biopsia intestinal es una prueba invasiva, no es dolorosa ya que se somete a sedación al paciente. La prueba, que forma parte del estudio histológico de la enfermedad celiaca, consiste en introducir un endoscopio, un tubo flexible, por la boca del paciente y recoger unas muestras para analizar. Los expertos recomiendan que se tomen en concreto tres muestras de la segunda o tercera porción del duodeno, la parte del intestino delgado que une el estómago con el yeyuno, y una muestra del bulbo, la primera sección del duodeno. El procedimiento puede durar entre 30 y 45 minutos.

El patólogo, con las muestras intestinales, deberá estudiar la inflamación de esa zona y examinar el número de linfocitos intraepiteliales que determinan el grado de lesión del intestino en caso de que lo hubiese. El grado de lesión viene determinado por la clasificación Marsh. Es importante diferenciar el grado de lesión del intestino de los grados de celiaquía, ya que éstos últimos no existen. Todos los celiacos somos iguales, y aunque no tengamos síntomas externos o estos sean suaves, el gluten daña siempre nuestro intestino.

Antes de la biopsia es necesario seguir unas pautas determinadas por el médico y relacionadas con la dieta. Con el objetivo de limpiar el intestino para que se pueda ver lo mejor posible, el proceso comenzará entre dos y tres días antes con una dieta que el médico establecerá. Además para la prueba es imprescindible estar en ayunas y no haber ingerido ningún tipo de alimento en las ocho horas anteriores a la prueba.

Otra de las recomendaciones a tener en cuenta es que no se debe dejar de tomar gluten antes de la biopsia, ya que los resultados pueden ser falseados.

Biopsia intestinal en niños

Los síntomas de la celiaquía en niños pueden llevar a una sospecha clínica por parte del pediatra. La primera prueba a la que son sometidos es la serología. En este análisis los anti- péptidos deamidados de la gliadina son muy eficaces para diagnosticar celiaquía cuando se trata de niños menores de tres años, tal y como explica el experto en celiaquía, el Dr. Rodrigo en esta entrevista concedida a CELICIDAD.

Cuando los síntomas son muy evidentes (hinchazón, diarreas, baja talla, bajo peso, irritabilidad…), haya genética compatible con la celiaquía y los anticuerpos de la serología han dado positivos, muchos expertos recomiendan evitar la biopsia en niños por el carácter invasivo de la prueba. Sin embargo son sólo casos excepcionales. Cuando la biopsia es necesaria, el método en niños suele ser diferente. Se introduce a través de la boca un hilo que lleva en su extremo una cápsula con una pequeña pinza para coger la muestra del intestino. Una vez que es recogida la muestra, el hilo se extrae tirando del mismo. Es un método menos invasivo para los pequeños, ya que el tubo de la endoscopia es de mayor grosor.

Hay más excepciones que evitarían la biopsia intestinal, como son las personas que padecen dermatitis herpetiforme, la expresión de la celiaquía en la piel. En este caso bastaría con una biopsia de la piel para confirmar que se trata de la dermatitis herpetiforme y por tanto estamos ante una celiaquía.

La biopsia intestinal confirmaría o descartaría la celiaquía, y en caso afirmativo habría que empezar la dieta sin gluten cuanto antes. Los síntomas de la celiaquía remitirían en unos meses, pero la recuperación de las vellosidades intestinales siempre lleva más tiempo. Si se han desarrollado ya enfermedades asociadas con la celiaquía, es posible que estas también mejoren con la dieta sin gluten.